Una plática con Yezka Garza Ramírez, Procuradora para los niños, niñas y la familia
No somos los robachicos del estado
José Guadalupe Robledo Guerrero.
*El 95% de los casos de agresiones sexuales a niños y niñas suceden en su casa.
*En el entorno familiar el agresor escoge a su víctima, por eso siempre hay que estar alerta.
*Tienes que tener la capacidad de desconfiar de todo mundo, cuando se trate de tus hijos.
*El gobierno y las políticas públicas necesita el respaldo de la sociedad para ser exitosas. |
Últimamente se ha ventilado en los medios los abusos sexuales a niños y niñas. En un caso de unas niñas que fueron sorprendidas en juegos sexuales de adultos, usted declaró que podía tratarse de una de dos cosas: o vieron a sus padres en el acto sexual o son víctimas de abuso sexual. ¿Cuál cree que sea la verdadera causa?
“En un porcentaje mayor, yo diría que son conductas aprendidas. La experiencia nos ha dicho eso en los casos que tenemos aquí. El hacinamiento es un problema importante. Familias donde viven muchas personas en un solo cuarto o en un espacio muy reducido, muchas veces los papás creen que los niños están dormidos y los ven, muchas veces los padres no tienen los cuidados, están teniendo una relación sexual con su esposo y los niños los ven. Este tipo de conductas que ni siquiera logran entender y las replican, pero no descarto el tema del abuso sexual, siempre investigamos esas dos líneas”.
Lo cierto es que más del 80 por ciento de los casos de violación a niños y niñas suceden en su propia casa, y los agresores son parientes de las pequeñas víctimas. ¿No será que en vez de conductas aprendidas hayan sido violaciones?
“El 95 por ciento de los casos de agresión sexual suceden en su propia casa. Algo que le he transmitido mucho a mi equipo de trabajo en la Procuraduría es que tenemos que creerle al niño, y desde ese punto partimos para la investigación. Si el niño a su modo, a su capacidad conforme a su edad, no manifiesta un indicio de abuso sexual es descartado, es creer lo que él está diciendo. Evaluarlo, allegarnos de las pruebas necesarias para acreditar o desacreditarlo, y yo prefiero siempre desacreditarlo desde el punto de partida de creerle a un niño”.
“Algunos casos son por abuso sexual, otros han sido por conductas aprendidas, también por lo que ven en Internet, hasta lo que el amiguito fue y le platicó, porque probablemente fue víctima de abuso sexual y le platica involuntariamente, lo repite porque no tiene la capacidad de comprensión. Pero nuestra primera línea de investigación siempre va ha ser con la presunción de un abuso sexual, aunque nos equivoquemos”.
¿Le recomendaría usted a los padres que le creyeran a sus hijos?
“Absolutamente todo. Como madre se lo puedo decir, tienes que tener la capacidad de desconfiar de todo mundo cuando estés hablando de tus hijos, más si lo están manifestando, sea mujer, sea hombre, tu esposo, tu pareja, tu hijo. Ese es el problema, que no creemos lo que los niños nos están diciendo. Si no hubiera este tipo de problemas la Procuraduría no tendría caso”.
¿Qué está haciendo la Pronnif en el caso concreto de violaciones y abusos?
“Trabajamos el tema de los padres. Le apostamos al tema de llegar mejor a los niños, de que ellos puedan tener las herramientas para siempre estar alerta, como el ‘Escudo de Dignidad’ tenemos otros softwares interactivos donde llegamos lascivamente a niños en las escuelas no sólo para preveer sino para identificar casos de abuso sexual”.
“Le voy a enseñar una cosa muy importan- te: Un 80 porciento de los abusos sexuales pueden desencadenar una violación. Si el problema ya existe, nosotros somos muy afortunados de llegar e identificar el problema por eso vamos a tantas escuelas, por eso recorremos tantos municipios y llegamos a tantos niños. Si desgraciadamente ya está pasando el problema, llegar cuando es un abuso sexual y evitar a toda costa que sea una violación”.
“Otra cosa de la que estoy orgullosa es que hemos logrado de enero a la fecha tener una agencia del Ministerio Público para delitos sexuales en contra de los niños. Si bien, el Ministerio Público no depende de mí, pero está en el mismo edificio, y eso nos permite trabajar de la mano y monitorear que efectivamente se esté integrando la carpeta de investigación y fijar un precedente de que sí hay una consecuencia, que sí te van a meter a la cárcel si vulneras a un niño. Que sí vas a perder tus derechos sobre tus hijos si les dejas de dar alimentos, los maltratas o si ejerces violencia psicológica sobre ellos”.
“De cierta manera es una Procuraduría que está ahora más fortalecida, que tiene otra presencia. El tema de los abusos sexuales y de las violaciones en el hogar, en el entorno familiar de niños y niñas el agresor escoge a su víctima, por eso siempre hay que estar bien alerta. No es el niño que va pasando y lo escoge para abusar de él, no, incluso hasta lo enamora, lo atemoriza, lo hace dependiente del propio agresor. Lo conoce tanto, lo tiene tan preparado que logra su objetivo, con las facilidades que le da el entorno”.
¿Por qué no se penalizan con mayor energía los actos de los pederastas y pedófilos?
“Es por eso que tengo al Ministerio Público aquí, y nos ha dado muchas satisfacciones, nos han otorgado medidas cautelares que son muy importantes, los brazaletes, las prisiones preventivas cuando tenemos a los detenidos que logra el Ministerio Público acreditar una flagrancia. Estamos viviendo la transición de los primeros juicios orales que nos tocan a nosotros en el tema de vulneración de los derechos de los niños sobre todo el tema de los abusos sexuales, y estamos logrando -y es el objetivo que tengo con el equipo de Ministerio Público que trabajan conmigo- de judicializar y fijar ese precedente de que sí pasa algo si vulneras y agredes a un niño. Las leyes ahí están, el ambiente jurídico ahí está, las penas más grandes las tiene Coahuila. Hay que activar el órgano de procuración de justicia para que sea una realidad, para poder ejecutar y aplicar debidamente las bondades que nos da una serie de legislaciones en las que nosotros nos basamos”.
¿Qué otra cosa haría -como madre, como procuradora- para prevenir y evitar estos delitos contra los niños y niñas, pues en todas partes se encuentran los agresores?
“Creo que empezaría por mi casa, por educar bien a mis hijos. Si cada quien fortalecemos lo que tenemos en casa, nadie, absolutamente nadie, los va a vulnerar. Si un niño siente la verdadera protección de sus padres no va a caer”.
¿Cambia la familia cuando le sucede en su casa una agresión a uno de sus niños?
“En algunos casos si cambia, en muchos otros no. ¿Sabe hasta cuándo cambian? Hasta cuando retiramos a los niños y los damos en adopción. También el gobierno y cualquier política pública necesita el respaldo de la sociedad para que pueda ser exitosa. Muchas veces dicen que nosotros somos muy duros en nuestro actuar, pero si no somos duros se van a seguir vulnerando los derechos de los niños. Por eso pienso que por parte de nosotros se debe actuar apegados a derecho pero con firmeza”.
“Los padres tienen la oportunidad de tener un proceso de recuperación, dependiendo de la vulneración de derechos que sufrieron sus hijos, pero en otros casos es imposible. Tenemos casos en que el agresor sexual es el padrastro y la madre otorga el perdón, o prefiere otorgarnos el consentimiento de adopción de su hija para que se integre con otra familia para no dejar a la pareja. Definitivamente estuvo consintiéndolo para llegar a darnos los derechos sobre su hija”.
“Ante eso, nosotros ya evaluamos la situación que no hay un interés de los padres de recuperar a sus hijos, de tener un bienestar mucho mejor para ellos, tiene que entrar todo el órgano de protección del gobierno y garantizarle a ese niño vulnerado un escenario seguro y alejado del entorno de violación que sufre”.
Las mismas madres permiten estas agresiones, porque en muchos casos saben lo que le está pasando a la niña...
“Tuve la oportunidad de dirigir el primer centro de justicia de empoderamiento para las mujeres en Coahuila, allí aprendí a conocer el otro lado de la violencia nada más en el tema de la infancia, y sigo pensando igual que antes de la experiencia que me dio que una mujer muchas veces es generadora de violencia porque es receptora de violencia. Pero ante la vulneración de los derechos de nuestros hijos, permitir que nuestros hijos sufran algún abuso sexual o maltrato físico, creo que no hay manera de excusarse. No porque seas gente receptora de violencia vas a permitir que agredan a tus hijos”.
“Por eso tenemos que estar más pendientes, por eso tenemos que recibir más denuncias. Si las mujeres se encuentran en ese estado de inestabilidad emocional tiene que entrar la autoridad a suplir la protección de los niños en tanto ellas logren salir del círculo de la violencia”.
“Tenemos que involucrar también a los hombres en muchos sentidos, las mujeres se embarazan porque hay un hombre, y también tienen derechos, hay que reconocerlo. Si no los hacemos participar en las decisiones, en el cuidado de nuestros hijos, en las convivencias, nunca se va a recibir el apoyo. Hay que darles tanto su lugar de derechos como su lugar de obligaciones. En el tema de los delitos sexuales tanto contra niños como de mujeres el único responsable es el agresor. Nunca hay una intención de cada víctima de que lo provoque, pero tenemos mamás que lo piensan”.
Usted es una funcionaria convencida de su trabajo que le ha dado relevancia a la Pronnif. ¿Qué otra experiencia ha tenido?
“Es que tienes que estar aquí para entenderlo. Ya son más de cinco años trabajando la violencia en diversos ámbitos y te das cuenta que puedes hacer un cambio...”.
Y sobre esa violencia, sobre ese trabajo ¿cuál es su reflexión?
“Que tenemos que visibilizar los nuevos problemas sociales a los que nos enfrentamos para verdaderamente poder hacer algo. Como lo hemos platicado durante esta charla: el tema de los embarazos, el tema de la violencia contra la mujer, el tema de la violencia contra los niños hay que visibilizarlo para poder medirlo y para definitiva- mente poder hacer algo”.
“A mí se me ha dado la oportunidad por dos grandes personas el poder dirigir este proyecto y estoy satisfecha. Estoy satisfecha con lo que me he enfrentado y con los cambios que hemos logrado. Cuando damos un niño en adopción pensamos que todo valió la pena”.
“Retiramos a los niños cuando es verdaderamente importante, ese no es nuestro trabajo, no somos los robachicos del estado, somos los funcionarios a los que nos tocó esta parte, que a veces puede ser muy dura, pero también es muy enriquecedora, muy noble. Se los he dicho a mucha gente que dice que actuamos con esa dureza: Si no quiere tener problemas con la procuraduría, no vulnere a los niños”.
¿Le han reclamado alguna vez...?
“Claro, muchísima gente lo ha hecho porque no tiene un panorama completo, porque no se ha metido a las investigaciones, porque simplemente es un juicio de valor, como lo hacemos todos en muchos otros temas, pero sí tenemos una presencia importante, y seguimos ahí, pendientes de cualquier tipo de eventos o vulneración de los derechos de los niños y de las niñas. Tenemos las herramientas jurídicas, tenemos la oportunidad de estar aquí, tenemos la confianza de la ciudadanía, lo vamos a seguir haciendo”.
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